“Hago esto para que escuches y no te quepa duda alguna, un hombre sabio contempla con temor la noche sin luna.”
Sinopsis:
«Todo hombre sabio teme tres cosas: la tormenta en el mar, la noche sin luna y la ira de un hombre amable.»
El hombre había desaparecido. El mito no. Músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, trotamundos, héroe y asesino, Kvothe había borrado su rastro. Y ni siquiera ahora que le han encontrado, ni siquiera ahora que las tinieblas invaden los rincones del mundo, está dispuesto a regresar. Pero su historia prosigue, la aventura continúa, y Kvothe seguirá contándola para revelar la verdad tras la leyenda.
«Me llamo Kvothe. Quizá hayas oído hablar de mí...»
Opinión:
¡Es que es hermoso! Una historia que te hace reír, preocuparte, sorprenderte, anhelar, admirar y reflexionar. Esta se ha vuelto de mis historias favoritas. Por ahí leí una opinión que no podría encajarle mejor a este libro: una celebración del gusto de contar historias.
Es imposible no querer seguir y seguir sabiendo de las aventuras de Kvothe. Sabemos que es un poco pretensioso mostrar a Kvothe como un ser perfecto. Pero al final es un héroe, y esta contando su historia, ¡que mejor que la historia de un héroe sea una leyenda tan épica!
Lo único que me da tristeza es el tipo de persona que se convirtió, ese posadero que cree que ya no le queda más en este mundo que esperar su propia muerte. Pero si Kvothe sigue ahí y su motivo era la venganza con los Chadrian, seguro que se viene algo increíble. El misterio de Lady Lackless suena interesante y también sus canciones.
En el anterior libro ya sabíamos que Kvothe era muy listo, pero ahora también aprende a pelear y a tratar a las mujeres, aunque la única que le interesa, pareciera que jamás la entenderá (ni siquiera yo la entiendo).
Me encantó cuando habla de la gramática Ilica. Cómo todo tiene dos dualidades y que si dices “los calcetines del rector” en realidad de alguna manera los calcetines le pertenecen al rector y al mismo tiempo el rector le pertenece a los calcetines jajaja me recordó cuando estudiaba japonés.
Un concepto que ame de este libro fue el Lethani. ¡Qué forma tan increíble de crear una religión! No se basa en el bien o el mal, sino en lo correcto y que a veces al hacer lo correcto se pueden hacer cosas buenas o malas, pero todo es para que estés bien contigo mismo y con el universo que te rodea.
Enseñanzas que me quedo de este libro: crees que eres listo y asumes que lo sabes todo … pero no lo sabes. El mayor defecto de la nobleza es creer que sabe hacerlo todo. El precio que pagas por la civilización: la arrogancia, das por hecho que lo sabes todo, no creías en las hadas hasta que viste una.
Frases y Citas:
“Aquella gente lo sabía todo de la muerte. Sacrificaban ellos mismos sus animales. Morían de fiebres, de caídas o de fracturas que se complicaban. La muerte era como un vecino desagradable: no hablabas de él por temor a que te oyera y decidiera pasar a hacerte una visita.”
“—Creo que las cosas siempre van mal de un modo u otro —declaró—. Quizá sea que solo nosotros, los mayores, nos damos cuenta.”
“—En el pueblo cualquiera habría podido decírtelo —replicó Cronista, desconcertado.
—Si es algo que sabe todo el mundo, no puedo permitirme el lujo de preguntarlo —dijo el posadero frunciendo el entrecejo.”
“— No fue solo culpa mía —puntualicé.
—No se trata de ser o no culpable —razonó Manet—. Un árbol no provoca una tormenta, pero cualquier idiota sabe dónde va a caer el rayo.”
“—En mi tierra decimos: el clavo más alto es el que primero recibe el martillazo. —Arrugó el entrecejo—. En siaru suena mejor.”
“Amamos lo que amamos. La razón no entra en juego. En muchos aspectos, el amor más insensato es el amor más verdadero. Cualquiera puede amar algo por algún motivo. Eso es tan fácil como meterse un penique en el bolsillo. Pero amar algo a pesar de algo es otra cosa. Conocer los defectos y amarlos también. Eso es inusual, puro y perfecto.”
“Más sabe el diablo por viejo que por diablo.”
“Sabes que eres listo. Ese es tu punto débil. Das por hecho que sabes dónde te metes, pero no lo sabes.”
“—Hay dos cosas que debéis recordar. La primera es que nuestros nombres nos dan forma, y que nosotros damos forma a nuestros nombres. —Dejó de pasearse y nos miró—. La segunda es que hasta el nombre más sencillo es tan complejo que vuestra mente jamás podría tantear siquiera sus límites, y mucho menos entenderlo lo bastante bien para pronunciarlo.”
“—Se puede dividir el infinito un número infinito de veces, y las partes resultantes seguirán siendo infinitamente grandes —dijo Uresh con su extraño acento lenatti—. Pero si divides un número no infinito un número infinito de veces, las partes resultantes son no infinitamente pequeñas. Como son no infinitamente pequeñas, pero hay un número infinito de ellas, si las sumas, obtienes una suma infinita. De lo que se desprende que, de hecho, cualquier número es infinito.”
“—¡Uau! —exclamó Elodin tras una larga pausa. Se puso muy serio y apuntó con un dedo al alumno de Lenatt—. Uresh. Tu próxima tarea es acostarte con una mujer. Si no sabes cómo hacerlo, ver a hablar conmigo después de clase.”
Me reí a carcajadas con la parte que siguió. Porque yo estaba muy concentrada en lo que había dicho Uresh, para que Rothfuss nos saliera con su chistecito.
“Existe una forma específica de pensar llamada Alar —explicó Wilem—. Crees en algo con tanta fuerza que sucede.”
“Los nombres reflejan la verdadera comprensión de una cosa, y cuando comprendes de verdad una cosa, tienes poder sobre ella.”
No sería ingeniera, si de no creyera que esto es completamente cierto.
“Eran unos amigos excelentes. Esa clase de amigos con que todo el mundo sueña pero que nadie merece. Y yo menos que nadie.”
“—Creo que lo subestimas—dije—, mucha gente lo subestima, Sim es muy inteligente.
—Aquí todos son inteligentes —repuso Fela—. Y Sim es simpático, pero...
—Ese es el problema —la atajé—. Que es simpático. Es amable y la gente interpreta la amabilidad como debilidad. Y es feliz, lo que la gente interpreta como estupidez.”
“Hoy —anunció Elodin alegremente— hablaremos de cosas de las que no se puede hablar. Concretamente discutiremos de por qué hay cosas de las que no se puede discutir.
—La mayoría de las cosas importantes no pueden decirse abiertamente — continuó Elodin—. No pueden hacerse explícitas. Solo pueden insinuarse.”
De lo que discuten, es por qué no se puede explicar: el humor, la nominación, la música o el amor.
“La verdad es que prefiero un poco de distracción que unos oídos compresivos.”
“—He oído hablar mucho de ti —dijo Wilem mirando a Devi—. Pensaba que serías más alta.
—Y ¿qué te ha parecido? —preguntó Devi con aspereza—. Lo de pensar, quiero decir.”
“—En la vida real, los mendigos casi siempre son mendigos —señalé—. Pero ya sé en qué clase de historia estáis pensando. Esas son historias que contamos a otros para distraerlos. Esta historia es diferente. Es una historia que nos contamos entre nosotros.
—¿Para qué contar una historia si no es para distraer?
—Para ayudarnos a recordar. Para enseñarnos… —hice un ademán impreciso— cosas.”
“—¡Demasiado tarde! —exclamó, y por un instante adoptó una actitud infantil —. Has mirado demasiado y no has visto suficiente. Mirar demasiado puede impedirte ver, ¿lo ves?
Títere dejó la talla de mi cara sobre la mesa; parecía que la figura contemplara una de las marionetas que yacían diseminadas por el tablero.
—¿Ves al pequeño Kvothe de madera? ¿Ves cómo mira? Qué concentración. Qué dedicación. Podría pasarse cien años mirando, pero ¿verá lo que tiene delante?”
“—El mundo necesita a gente como tú —dijo en un tono de voz que me indicaba que se estaba poniendo filosófico—. Resuelves las cosas. No siempre de la mejor manera, ni de la manera más sensata, pero las resuelves. Eres un bicho raro.”
“Me sudaban las manos y notaba un cosquilleo en el estómago. Las pruebas eran muy eficaces. Las pruebas eran importantes. Las pruebas eran como un ensayo. Pero lo único que de verdad importa es lo que ocurre cuando el público te está mirando. Esa es una verdad que saben todos los artistas de troupe.”
“Me pasé el resto del día sonriendo y silbando como un idiota. Es verdad lo que dicen: una bolsa pesada te aligera el corazón.”
“—¿Sabes qué decían antes cuando un alumno se tomaba un descanso de un bimestre y se marchaba de la Universidad? —preguntó Elodin.
Negué con la cabeza.
—Decían que iba a perseguir el viento —dijo riendo.”
“Ya lo decía Teccam: «El precio de un pan es asequible, y por eso va tan buscado, pero hay cosas impagables: amor, tierra, risa; jamás pueden ser comprados»”
“—Ten cuidado por el camino —dijo con expresión preocupada—. Recuerda que todo hombre sabio teme tres cosas: la tormenta en el mar, la noche sin luna y la ira de un hombre amable.”
“Resultó que Alveron tenía razón acerca de la curiosidad de los miembros de su corte. Después de que esa noche me llamara a sus aposentos, los rumores explotaron alrededor de mí como un incendio de maleza. Entendí por qué el maer disfrutaba con esas cosas. Era como ver cómo nacían las historias.”
“—Existen dos tipos de poder: el inherente y el otorgado —dijo revelándome el tema de conversación del día—. El poder inherente lo posees como parte de ti mismo. El poder otorgado te lo prestan o te lo dan otras personas. —Me miró de soslayo. Asentí con la cabeza.
Al ver que yo no disentía, el maer continuó:
—El poder inherente es algo obvio. Fuerza corporal. —Me palmeó el brazo en que se sujetaba—. Fuerza mental. Fuerza de personalidad. Todas esas cosas las llevamos dentro las personas. Nos definen. Determinan nuestros límites.
…
—Pero ese solo es el primer tipo de poder —dijo levantando un dedo—. Solo estamos limitados si dependemos del poder que nosotros mismos poseemos. Pero también está ese otro tipo de poder, el que nos dan. ¿Entiendes a qué me refiero cuando hablo de poder otorgado?
…
—¿Qué poder crees que es mayor?
Solo tuve que pensar un segundo.
—El inherente, excelencia.
—Interesante. ¿Por qué lo dices?
—Porque un poder que posees tú mismo no te lo pueden quitar, excelencia.”
“Ese es otro problema del poder. Si tienes demasiado, la gente no se atreve a hacerte reparar en tus errores. El poder puede ser terrible.”
“Imprimí a mi voz toda la autosuficiencia y la ignorancia que pude. Eso es lo que de verdad distingue a la nobleza: el convencimiento de que pueden hacer cualquier cosa, ya sea teñir pieles, herrar un caballo, manejar un torno de cerámica, arar un campo… Solo necesitan querer hacerlo.”
Mientras hablaban sobre el amor:
“—¿Estás seguro?
—En esto no hay certezas, excelencia —respondí sacudiendo la cabeza—. Solo esperanzas. Y esa es la mejor que puedo ofrecerle.”
“—Yo nunca te mentiría —dije, y luego me lo pensé mejor—. Bueno, no. Eso no es verdad. Te mentiría. Vale la pena mentir por ti. Pero no te mentía. También vale la pena decir la verdad por ti.
Denna me sonrió con cariño.
—A veces eso es más difícil que mentir.”
“Prefiero el respeto, pero cuando eso no es posible, un poco de miedo sano puede ayudar mucho a que todo vaya bien.”
“Como dijo Teccam, no hay nada en el mundo más difícil que convencer a alguien de una verdad desconocida.”
“Aquella tarde aprendí una serie de palabras en adémico, sueltas y completamente inútiles. La gramática seguía siendo un misterio, pero el aprendizaje de un idioma siempre empieza así. Por suerte, las lenguas son como instrumentos musicales: cuantos más conoces, más fácil es aprender otros.”
“Las preguntas que no podemos contestar son las que más nos enseñan. Nos enseñan a pensar. Si le das a alguien una respuesta, lo único que obtiene es cierta información. Pero si le das una pregunta, él buscará sus propias respuestas. Así, cuando encuentre las respuestas, las valorará más. Cuanto más difícil es la pregunta, más difícil la búsqueda. Cuanto más difícil es la búsqueda, más aprendemos. Una pregunta imposible…”
“Me interrumpí. De pronto lo había entendido. Elodin. Aquello era lo que había estado haciendo Elodin. Lo único que había hecho en su clase. Los juegos, las pistas, los acertijos crípticos. Todos eran, a su manera, preguntas. Marten sacudió la cabeza y se marchó, pero y o estaba absorto en mis pensamientos y apenas me di cuenta. Yo quería respuestas, y pese a lo que creía, Elodin había estado intentando dármelas.”
“Los mapas no tienen solo bordes exteriores. También tienen bordes interiores. Agujeros. A la gente le gusta creer que lo sabe todo sobre el mundo. Especialmente a los ricos. En ese sentido, los mapas son fabulosos. A este lado de la línea está el campo del barón Tasadoble; al otro lado están las tierras del conde Sacapasta. Como en los mapas no puede haber vacíos, quienes los dibujan sombrean una parte y escriben: « El Eld»”
“Los recaudadores fijos son duros, pero saben que a veces es conveniente mirar para otro lado. Saben que volverán al año siguiente, y al otro. Pero los sangradores…
Si pueden, se le llevan la lluvia al aldeano.
Si no encuentran oro, se le llevan el grano.
Si no tiene grano, se le llevan la cabra.
Se le llevan la leña, la manta y la capa.
Si tiene un pájaro, se le llevan la jaula.
Y al final se le llevan la granja.”
“No hace falta que las historias sean nuevas para que las disfrutes. Hay que son como amigos de la familia. Algunas son tan fiables como el pan.”
“Cualquiera que viese a Jax se daba cuenta de que aquel niño no era como los demás. Nunca jugaba. Nunca corría por ahí armando alboroto. Y nunca se reía. «¿Qué se puede esperar de un niño que vive solo en una casa rota al final de un camino roto?»”
“—No pareces muy feliz, hijo. ¿Qué te pasa?
—No me pasa nada —respondió Jax—. Me parece a mí que uno necesita algo para ser feliz, y yo no tengo nada.”
“Ser el primero con el puñal no es del Lethani. Si ganas y eres el primero con el puñal, no ganas.”
“—Entonces, ¿ser educado es del Lethani?
—No educado. No amable. No bueno. No deber. El Lethani no es nada de eso. Cada momento. Cada elección. Todos diferentes. —Me lanzó una mirada penetrante—. ¿Entiendes?
—No.
Felicidad. Aprobación. Tempi se levantó y asintió con la cabeza.
—Es bueno saber que no sabes. Es bueno decirlo. Eso también es del Lethani.”
“Deberías reflexionar sobre esto, chico. Cuando quieres algo, tienes que asegurarte de que eso te quiere a ti, porque si no, pasarás muchos apuros persiguiéndolo.”
“—Ya me has dado algunas cosas en qué pensar —repuso Jax—. Y creo que tienes razón: no debería perseguir a la luna. Debería hacer que la luna venga a mí.
—Eso no es exactamente lo que yo he dicho —murmuró el anciano. Pero lo dijo con resignación. Como era un oyente experto, sabía que no lo estaban escuchando.”
“Quizá todo esto os parezca macabro, pero así es la vida. Los saqueadores acaban siendo saqueados, y el tiempo nos hace mercenarios a todos.”
“Hacía todo lo posible para no pensar en eso. Solo un necio se preocupa por lo que no puede controlar.”
“«Cada uno se come una parte diferente del cerdo —me había dicho—. Si quieres que te acepten, haz lo mismo». En diferentes lugares, diferentes decoros.”
“Para parecer inteligente tienes que saber cerrar la boca cuando conviene.”
“Lo que estaba haciendo Felurian con la sombra se llamaba grammaría. Cuando le pedí que me lo explicara, dijo que era «el arte de hacer que las cosas sean». No era lo mismo que glamoría, que era «el arte de hacer que las cosas parezcan».”
“Hago esto para que escuches y no te quepa duda alguna, un hombre sabio contempla con temor la noche sin luna.”
“Demasiados pensamientos, mi Kvothe, sabes demasiado para ser feliz.”
“Supongo que parte de la culpa la tiene mi curiosidad innata. Pero otra parte mayor la tiene mi orgullo, herido. El orgullo y el delirio siempre van juntos de la mano.”
“—Pero ese es el precio que pagas por la civilización.
—¿Qué precio? —pregunté.
—La arrogancia —contestó el Cthaeh—. Das por hecho que lo sabes todo. Te reías de las hadas hasta que viste una. No me extraña que todos tus vecinos civilizados también desechen la existencia de los Chandrian.”
“—¿Cuál es el propósito del Lethani? —me preguntó Tempi.
—¿Darnos un camino que seguir? —contesté.
—No —repuso Tempi severamente—. El Lethani no es un camino.
—¿Cuál es el propósito del Lethani, Tempi?
—Guiarnos en nuestras acciones. Si sigues el Lethani actúas correctamente.
—¿No es un camino?
—No. El Lethani es lo que nos ayuda a escoger un camino.”
“—Pero ¿y la claridad? ¿Y si estás construyendo un puente? Para eso necesitas muchas piezas. Debes llamarlas todas con claridad.
—Por supuesto —concedió Tempi. Acuerdo—. A veces. Pero en la mayoría de las cosas, en las cosas importantes, lo delicado es mejor. Lo pequeño es mejor.”
“—Existe una belleza que pertenece a los objetos sencillos y funcionales.
—Quizá te estés confundiendo de palabra —repuso ella. Ligera disculpa—. Belleza es una flor, una mujer, una gema. Quizá te refieras a su utilidad. Una pared es útil.
—Útil, pero también bella.
—Quizá un objeto adquiera belleza con el uso.
—Quizá un objeto se use según su belleza —repliqué.”
“—Quizá por el movimiento.
—La piedra no se movía, y también la llamaste bella. —Interrogante.
—El movimiento no forma parte de la naturaleza de la piedra. Quizá lo bello sea moverse según la propia naturaleza.”
“En adémico, los silencios expresan tanto como las palabras. Existe una pausa preñada. Una pausa educada. Una pausa confusa. Hay una pausa que insinúa, una pausa que pide disculpas, una pausa que añade énfasis…”
“Esa es la naturaleza del amor. Intentar describirlo volvería loca a cualquier mujer. Por eso los poetas se pasan la vida escribiendo. Si uno de ellos pudiera describirlo definitivamente en el papel, los otros tendrían que abandonar sus plumas. Pero es imposible.”
“Los versos rezaban:
Aethe, junto a mi corazón.
Sin vanidad, la cinta.
Sin deber, el viento.
Sin sangre, la victoria.”
“Una historia es como un fruto seco. Un necio se la traga entera y se atraganta. Otro necio la tira creyendo que no tiene ningún valor. Pero una mujer sabia encuentra la manera de romper la cáscara y comerse el fruto que hay en el interior.”
“Si hubiera vivido con temor a perder la mano, no habría conseguido nada de eso. Si me hubiera acobardado, nunca me habrían aceptado en la Latantha. No habría alcanzado la segunda piedra. Estaría entero, pero sería menos de lo que soy ahora.”
“Supe en lo más hondo de mí que a veces una situación se complica tanto que las palabras no sirven para nada. ¿Qué otra opción me quedaba, ahora que las palabras me habían fallado? ¿Qué nos queda cuando nos fallan las palabras?”
“Si uno de nosotros falla, puede volver a intentarlo. Tempi hizo el examen cuatro veces antes de ser admitido. Tú solo tendrás una oportunidad. Y tanto si estás preparado como si no, ha llegado el momento.”
“Cuando uno está solo, es fácil tener miedo. Es fácil concentrarse en lo que podría esconderse en la oscuridad, al final de los escalones del sótano. Es fácil obsesionarse con cosas inútiles, como el disparate de adentrarse en una tormenta de cuchillos giratorios. Cuando uno está solo es fácil sudar, derrumbarse, ser presa del pánico… Pero y o tenía compañía.”
“Si alguna vez he conocido a alguien que no tenía ni una sola sombra en su corazón, seguramente debía de ser un niño demasiado pequeño para hablar.”
¿De dónde habrá sacado esa idea?
“—Debe de resultar duro ser hombre —dijo en voz baja—. Las mujeres sabemos que formamos parte del mundo. Estamos llenas de vida. Las mujeres somos la flor y el fruto. Recorremos el tiempo como parte de nuestros hijos. Pero los hombres… —Giró la cabeza y me miró; la lástima se reflejaba en sus ojos—. Vosotros sois una rama desnuda. Sabéis que cuando muráis, no dejaréis nada importante atrás.”
“—Respetas algo cuando le das un buen uso —replicó ella—. Tal vez pasen años hasta que vuelva a las tierras de los bárbaros y pelee. ¿Qué mal hay en que, entretanto, corte ramitas y zanahorias con mi espada? —Se puso seria—. Llevar una espada toda la vida, sabiendo que solo sirve para matar… —Meneó la cabeza—. ¿Cómo afectaría eso a mi mente? Sería espantoso.”
“—Puede haber muchas opiniones sobre un asunto, pero solo hay una verdad.
Vashet compuso una sonrisa perezosa.
—Y si la búsqueda de la verdad fuera mi objetivo, eso me preocuparía. — Bostezó y se desperezó como un gato feliz—. Pero yo prefiero concentrarme en la felicidad de mi corazón, la prosperidad de la escuela y la comprensión del Lethani. Si después de eso me queda tiempo, me dedicaré a preocuparme por la verdad.”
¡¡Oh por Dios!! El mejor descubrimiento de todo el libro. No me molesto esperar tanto para escucharlo:
“Pero se conservan siete nombres. El nombre de uno y el de los seis que lo siguieron. Siete nombres se han conservado tras el derrumbamiento del imperio, en la tierra rota y en el cielo cambiado. Siete nombres se han conservado durante el largo deambular de Ademre. Siete nombres se han conservado, los nombres de los siete traidores. Recuérdalos y conócelos por sus siete señales:
Cyphus lleva la llama azul.
Stercus es esclavo del hierro.
Ferule, frío y de ojo oscuro.
Usnea solo vive en la podredumbre.
Dalcenti, gris, no habla nunca.
La pálida Alenta trae la peste.
El último es el señor de los siete:
Odiado. Perdido. Insomne. Cuerdo.
Alaxel lleva el yugo de la sombra.”
“No hay hombre valiente que nunca hay a caminado cien kilómetros. Si quieres saber quién eres, camina hasta que no hay a nadie que sepa tu nombre. Viajar nos pone en nuestro sitio, nos enseña más que ningún maestro, es amargo como una medicina, cruel como un espejo. Un largo tramo de camino te enseñará más sobre ti mismo que cien años de silenciosa introspección.”
“Jamás en la vida he tenido un hogar. Pasé la infancia en el camino, viajando constantemente con mi troupe. El hogar no era un sitio, sino la gente y los carromatos. Más tarde, en Tarbean, tuve un lugar secreto donde confluían tres tejados que me resguardaban de la lluvia. Allí dormía y escondía unos cuantos objetos valiosos, pero no era un hogar. Ese es el motivo de que jamás hubiera disfrutado de la sensación de regresar a casa tras un viaje.”
“—El dinero no está mal —dijo; le brillaban los ojos—. Pero el mundo está lleno de cosas que la gente no vendería nunca. Los favores y la obligación valen muchísimo más.”
“Resultaba extraño no tener que vivir como un avaro.”
“Por desgracia, las cumbres más altas de las matemáticas no me sedujeron. No soy ningún poeta. No amo las palabras por las palabras. Amo las palabras por lo que son capaces de conseguir. Del mismo modo, no soy ningún aritmético. Los números que solo hablan de números me interesan muy poco.”
“—Si el Cthaeh fuera tan malvado como tú dices, te haría todo el daño que pudiera. Pero no puede. No pudo evitar que hicieras reír a tu Reshi esta mañana. No pudo evitar que disfrutaras del sol en la cara ni que besases las rosadas mejillas de las hijas de los granjeros, ¿verdad?
Una fugaz sonrisa se insinuó en el rostro de Bast.
—He besado algo más que eso —dijo.
—Precisamente —dijo Cronista con firmeza—. No puede envenenar todo lo que hacemos.
Bast se quedó pensativo y luego suspiró.
—En parte tienes razón —concedió—. Pero solo un idiota se queda sentado en una casa en llamas y piensa que todo va bien porque la fruta sigue teniendo un sabor dulce.
Cronista miró alrededor.
—A mí no me parece que la posada esté en llamas. Bast lo miró con cara de incredulidad.
—El mundo entero está en llamas —dijo—. Abre los ojos.”
…
—Quizá —dijo Cronista—. O quizá sencillamente se dio cuenta de que era inútil intentar anticiparse al Cthaeh. —Hizo un gesto de indiferencia—. Si todo lo que vas a hacer está mal, puedes hacer lo que quieras.”
Adicionalmente dejo las canciones de Lady Lackless. Al principio no les tome mucha importancia, pero cuando me di cuenta de que lo eran, decidí que necesitaba verlas de nuevo. Estoy segura de que esto será importante para el libro que falta:
Sobre lady Lackless
“Siete cosas guarda lady Lackless
bajo su negro vestido:
un anillo que no es para ponerse,
una palabra que es casi un gemido.
Junto al cirio de su esposo
hay una puerta sin pomo;
en una caja sin tapa ni candado
encierra Lackless las piedras de su amado.
Ella tiene un secreto guardado,
que sueña en vez de dormir sin tardanza;
por un camino que no es el trillado
lady Lackless lía su adivinanza.”
Sobre la puerta de los Lackless
“Siete cosas hay delante
de la entrada de los Lackless.
Una es un anillo que no se ha usado;
otra, una palabra que se ha invalidado;
otra, un momento que no sea tarde;
otra, una vela que no arde;
otra, un hijo que con la sangre viene;
otra, una puerta que la riada contiene;
otra, algo custodiado celosamente.
Y entonces llega lo que le sobreviene al durmiente.”
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